martes, 29 de junio de 2010

fotos da reforma agrária

próxima reunião




E ai mulherada? como estamos?

Queremos aproveitar nossa “cartinha das terças feiras”, para fazer um convite. Neste sábado, dia 3 de julho as 17,00 horas, com um rico quentão e produtos da reforma agrária, se inaugura uma
exposição de fotografias sobre o assentamento do MST de Viamão. É o resultado de um curso de três meses, orientado pela artivista marian pessah, que está “fechando” com uma exposição dxs alunxs, no assentamento.
Para quem estiver interessada, pode ver mais dados aqui:
http://www.flickr.com/photos/marianapessah/sets/72157624229679235/

Quanto ao nosso encontro semanal, nesta quinta feira nos toca cinema e pipoca! OBA!

Estaremos assistindo ao filme argentino, XXY, de Lucía Puenzo, para lá de interessante! Uma riquíssima reflexão sobre sexualidades, de como a sociedade necessita enquadrar e definir os corpos dentro de códigos pré-definidos sob pena de se sentir ameaçada. É a história de Alex (Inés Efron), uma adolescente 13 anos, que esconde um segredo. Pouco tempo depois de nascer, Kraken (Ricardo Darín) e Suli (Valeria Bertuccelli), seus pais decidem deixar Buenos Aires para viver em uma cabana isolada do mundo, para protegê-la das hostilidades que esse segredo provoca.
Quem puder fica para o debate sobre o filme, senão, em comum acordo, transferimos nossa conversa para a quinta seguinte.
Não perca! É um material muito rico, com muitas nuances a serem aprofundadas.

Então, esperamos vcs como toda quinta-feira, as 18.30 hs, Nos altos do viaduto da Borges, 719

lunes, 28 de junio de 2010

28 de junio


28 de junio : día del orgullo, de la vergüenza y la resistencia


A partir del 28 de junio de 2009, a la bandera y al Día del orgullo LGBT se le han agregado dos colores: el de la vergüenza y el de la resistencia. Vergüenza de que todavía queden golpistas en Nuestramérica. De que todavía haya gente que quiera arrebatarse el poder, sentarse en el trono, “y a quien no le gusta lx matamos”. Así viene sucediendo desde hace exactamente un año en Honduras, cuando comenzó un tal Goriletti, y luego, por vía electoral, pasó para el Lobo Feroz.

Pero como esta no es la historia infantil que nos cuentan de niñxs, resulta que Caperucita no es una, sino muchas que se han juntado y resulta que forman un grupo de Feministas en Resistencia que hace un año vienen luchando. Recuerdo el año pasado, unos días antes del golpe, un correo de una de ellas advertía lo que se estaba cocinando, alertándonos, que aun sin saberlo, los lobos se acercaban.

Lo que no sabíamos todavía, era todo lo que sucedería con las Caperucitas del cuento, ellas siempre tan rojas de ira y dispuestas a la acción.

Ese cuento se fue divulgando rápidamente, y así nos fuimos sumando quienes tampoco le creíamos al cuento oficial de los diarios noticieros. E informábamos que la boca del lobo no era tan grande, que no podíamos caer en el silencio y la inacción del miedo.

Y así fue como siguieron las Feministas en Resistencia en Costa Rica, los Pañuelos en rebeldía flameaban desde el sur generando muchas revueltas, y finalmente pudimos ver que todas las Caperucitas, éramos mujeres rebeldes que estábamos unidas en un gran arco-iris de lucha.

Abrazos en resistencia aktiva

marian pessah

20 10

jueves, 24 de junio de 2010

excelente escrito da Francesca Gargallo

ROSAS, GOLPES, PASION Y MUERTE: EL ORDEN DE LOS FACTORES NO ALTERA EL RESULTADO DE UNA MALA EDUCACIÓN AMOROSA


Muchas mujeres que han recibido maltratos graves en sus domicilios, cuando se atreven a analizarlos, dan cuenta de cómo, después de una paliza, el victimario (marido, amante o novio) vuelve a seducirlas para mantenerlas presas de una relación pasional que incluye tanto los golpes, los insultos y las amenazas de muerte, como las rosas, los mariachis y las declaraciones de amor.

En la actualidad, la educación afectiva es, aunque parezca improbable, peor que la educación primaria y secundaria. No hay tiempo y no se invierten recursos en aprender a querer y quererse de manera responsable, respetuosa y constructiva. La carrera, las ganas de coger, las prisas por crecer, la angustia frente a un futuro incierto, la necesidad de imponerse en el ámbito laboral hacen que hombres y mujeres, a pesar de los cambios obvios experimentados en las últimas décadas en sus condiciones laborales, educativas y de movimiento, repitan lo aprendido de padres y madres dominantes, abandonadores o violentos. Progenitores que pensaban que unas nalgadas en el momento justo enderezarían las vidas de sus hijas e hijos, justificando con ello sus abusos.

El resultado es que hoy las mujeres y los hombres no saben enamorar ni enamorarse sin ceder su propia autonomía o imponer su autoritarismo. “Me vas a querer así como soy” es una frase común en los noviazgos hetero, bi y homosexuales y en todos los casos implica que quien la pronuncia no está dispuesta o dispuesto a amoldar sus tiempos, sus intereses, sus saberes, sus necesidades y sus atenciones para que la relación con una o varias personas (aunque por lo general los noviazgos son de pareja, no deben olvidarse las triejas y los demás grupos amorosos-sexuales) sea creativa, propositiva y, sobre todo, feliz.

Pero a malquerer se aprende: nadie malquiere de forma natural. En ese aprendizaje se consolidan los modelos de género: las mujeres malquieren soportando y los hombres malquieren imponiendo un maltrato que arranca del reclamo y llega al asesinato en nombre del amor.

Desde la literatura, el teatro, el canto y otras formas de educación del comportamiento social durante siglos se ha venido enseñando que la seducción va aparejada de la violencia contra las mujeres. Shakespeare ha sido para las occidentales de la Modernidad mucho más dañino que decenios de concursos de belleza y publicidades sexistas. Su Fierecilla domada es una propuesta de seducción matrimonial, una enseñanza para la convivencia doméstica, una imposición de patrones culturales de dominación para que el matrimonio tenga un jefe masculino incuestionable. Muchos de sus hermosísimos sonetos contienen ideas de qué es y qué debe ser el amor. Sus versos supuestamente amorosos enseñan pautas de una etiqueta (una pequeña, común, cotidiana ética) amorosa de la dominación, volviéndola hegemónica, casi absoluta. Shakespeare nunca duda de la inteligencia de las mujeres, por eso impone literariamente que esté al servicio de la empresa amorosa, que es siempre y únicamente la de conquistar a un hombre (y sólo a uno). Las mujeres no deben, bajo ningún pretexto, invertir sus saberes en nada más que en aplanarle el camino a un hombre para que las pueda poseer.

¿Y quién es tan atrevido como para decir que Shakespeare, sobre cuya obra se han vertido ríos de tinta, es en realidad un misógino asqueroso, funcional a un sistema de enseñanza dominante, reverenciado en Occidente porque sostiene una cultura de la violencia? Sólo las feministas, porque hasta hoy han sido las analistas más críticas de las conductas sociales y los mecanismos de enseñanza-aprendizaj e dominantes.

Shakespeare no sólo es el organizador de las ordenanzas amorosas de la Modernidad occidental, es también un perpetuador y fijador de paradigmas antisemitas, racistas (El Moro de Venecia no es asesino porque es moro sino porque es celoso, sin embargo no es casual que sea un moro quien no pueda racionalmente dominar sus celos), colonialistas y clasistas. Por supuesto, todos esos rasgos se insertan en la enseñanza del malquerer dominante.

Doblegadas por un subrogado del amor que implica el chantaje sexual, afectivo, económico y la amenaza física, las mujeres han aprendido desde pequeñas que amar es dejarse dominar y que para ello deben primero ser seducidas. Los “me pega porque me quiere”, de no tan remota memoria, son una consecuencia lógica del deber ser seducidas.

Sin lugar a dudas, en cuarenta años el feminismo ha cundido en la conciencia pública y muchas mujeres obvian hoy las relaciones de pareja como opción para su proyecto de vida afectiva. No obstante, muy pocas pueden decir que tras haberse enamorado no han sufrido algún tipo de violencia (amén de haber sufrido violencia callejera misógina anónima: piropos ofensivos, agresiones, violaciones y feminicidios comprueban que una violencia no excluye la otra). Desde las niñas de secundaria ofendidas por muchachitos que en el recreo construyen su machismo en el juego del rechazo público a las niñas que les gustan, hasta las universitarias que esperan que les llame el compañero con el que acaban de pasar una intensa y rica noche de sexo, la mayoría de las mujeres piensa que no ser requerida implica no ser amada. En ello intervienen los tabús hacia la acción de requerir por parte de las mujeres. Y también otras formas de violencia: a muchas mujeres en alguna ocasión sus novios, amantes o maridos les han castigado el deseo y el goce sexual tachándolas de exigentes, voraces o insaciables. Es decir han transformado su poca performatividad sexual (o, paradójicamente, el deseo y el gusto que su buena performatividad despierta) en una excusa para la ofensa. “Hoy no tengo ganas” no ofende, mientras “eres insaciable” implica una condena moral mediante el rechazo de la expresión sexual femenina. Los hombres que se sentirían rebajados por admitir que no tienen ganas, se sienten con derechos a limitar las ganas de una mujer.

Ahora bien, si ya sabemos eso ¿por qué, en cuarenta años, las feministas no hemos podido acabar con la violencia misógina en las relaciones amorosas (ni siquiera cuando son lésbicas)? La filósofa argentina Ana María Bach, en su reciente libro Las voces de la experiencia. El viraje de la filosofía feminista (Biblos, Buenos Aires, 2010), propone entre otras cosas dirigir la mirada a la voz universal del sujeto de la Modernidad (sujeto implícitamente activo y masculino) desde el conjunto de las experiencias de las mujeres. Estas experiencias nos revelan que, al cambiar, producen nuevos conocimientos y que estos informan las acciones sociales de las mujeres. Es decir, nuestras experiencias conforman nuestra subjetividad de manera continua, de manera que nosotras somos las promotoras del cambio en el patriarcado y podemos valorizar nuestras acciones al reconocer nuestras propias experiencias.

Ahora bien, al haber escogido el ámbito público para el accionar feminista a finales de la década de 1980, las feministas dejamos de experimentar nuevas formas de relaciones afectivas, de analizarlas y de producir conocimientos sobre ellas. Atrapadas en la denuncia pública de la violencia misógina, reproducimos el esquema del amor como construcción patriarcal, sin experimentar otra relación de pareja que la que denunciamos. En el caso de las relaciones heterosexuales, los hombres no visualizan qué interés tendrían en experimentar un cambio en las formas de relación afectiva; en el caso de las relaciones lésbicas, las mujeres nos analizan sus experiencias para salir del patrón de pasión-sufrimiento- violencia- seducción aprendido de las relaciones heterosexuales hegemónicas.

Parecería que no hay escapatoria a las ofensas en la intimidad, a la violencia intrafamiliar, a los abusos de poder, la discriminació n laboral y las comparaciones degradantes entre mujeres. Las experiencias de liberación de las mujeres han puesto sobre aviso al sistema económico patriarcal que recaba parte de sus ganancias en la repetición de patrones de seducción-dominio- gasto masculino y subordinación- gasto para la invitación a la seducción femenino. Para ello, éste ha invertido en la reproducción de modelos femeninos dependientes para reforzar la educación de apropiación de los hombres. La divulgación por todos los medios de estereotipos de belleza femenina racistas y clasistas imposibles o difícilmente alcanzables (mujeres blancas, flacas pero alimentadas, altas y ajenas al mundo social) constituye un bombardeo constante del por qué los hombres tienen el derecho a perpetuar sus modelos de seducción.

De ahí que nueve de cada diez mujeres que se atreven a compartir el relato de sus experiencias de violencia, aun las más extremas, dan cuenta de periodos de seducción que se interponen entre dos sucesos violentos. El muchacho que desaparece de manera injustificada de la vida de una adolescente y tres meses después le envía una rama de flores o llega a su puerta con un libro de poemas para decirle que nunca la ha olvidado, actúa exactamente como el marido que golpea con una plancha a su esposa para luego llevarla llorando al hospital pidiéndole al doctor que la salve porque no puede vivir sin ella.

Las experiencias de estas mujeres (y el reconocer en ellas una parte de nuestras propias experiencias) son las que pueden informarnos de la urgencia del cambio de nuestra educación afectiva. No se trata de renunciar a la actividad sexual y al afecto (renuncia que gozosamente han asumido muchas de mis amigas, sobre todo las mayores de 50 años) para no tener que renunciar a la propia libertad de movimiento, expresión y reflexión; más bien se trata de ocuparnos de una educación afectiva que no implique que las mujeres se vean forzadas a una actitud determinada por la voluntad de otra persona. Estos es una educación a experiencias afectivas respetuosas, que produzcan nuevos conocimientos acerca de las relaciones interpersonales, en particular las íntimas.

sábado, 19 de junio de 2010

PREVENÇÃO DAS DST/AIDS

CARTA DAS LÉSBICAS E MULHERES BISSEXUAIS PRESENTES NO VIII CONGRESSO BRASILEIRO DE PREVENÇÃO DAS DST/AIDS E NO I CONGRESSO BRASILEIRO DE HEPATITES VIRAIS

Brasília, 18 de Junho de 2010

Com o aumento do número de mulheres infectadas pelo vírus do HIV no Brasil e no mundo, uma preocupação ganhou corpo no movimento nacional de lésbicas e mulheres bissexuais: Lésbicas são ou não são vulneráveis ao HIV?

Sabemos que no início da epidemia, muito dos esforços foram voltados aos gays, às travestis, aos usuários de drogas injetáveis e aos profissionais do sexo.

Entendia-se que na época eram esses os “grupos de risco” à epidemia. Contudo, atualmente, observamos que a epidemia não é preconceituosa e não poupa ninguém que faça sexo desprotegido.

A expansão da aids entre as mulheres foi marcada por um silêncio, fazendo com que as ações de enfrentamento, tanto na prevenção, quanto de assistência fossem basicamente voltadas para os gays. No princípio, em que as mulheres se confrontaram com a epidemia, os grupos gays eram os atores sociais mais instrumentalizados e organizados para lidar com tal conjunto.

Nos últimos anos, o que podemos observar é que a relação entre homens e mulheres infectadas no Brasil é de 1,5 homem para 1 mulher, o que torna a vulnerabilidade entre homens e mulheres proporcional, só se diferenciando quando qualificada pelo risco acrescido.

É importante ressaltar que a epidemia é notificada e com isso, contabilizada por meio de formulário feito após o diagnóstico nos serviços de saúde. Esta ficha não tem entre as suas opções de notificações relações sexuais entre duas mulheres como possibilidade da infecção pelo vírus do HIV, o que torna mais difícil investigar seriamente se relações sexuais entre duas mulheres são possíveis de infecção.

A relação entre lésbicas e as DST está intrinsicamente ligada a fatores, como: a invisibilidade da vivência lésbica, a invisibilidade do corpo feminino, o preconceito, a discriminação e a lesbofobia/homofobi a. Isto reflete diretamente nos serviços de saúde, onde as lésbicas não são percebidas e vistas, potencializando a vulnerabilidade desta população em relação às DST e ao HIV.

Muitas lésbicas e mulheres bissexuais acreditam que suas relações sexuais são protegidas das DST, HIV e Hepatites Virais, o que é um pensamento equivocado. Essa idéia as coloca expostas a ambos, que mesmo não sendo notificado, não é inexistente sua possibilidade de infecção, conforme apontam alguns estudos internacionais.

O contexto de estigmas que a população de lésbicas e mulheres bissexuais carrega, potencializa uma cadeia discriminatória que promove uma condição de exclusão social tão severa, que faz com que muitas de nós acreditem não terem direitos e negam assim, o exercício da cidadania plena.

Associado a este processo de auto-exclusão observa-se que o autocuidado, uma prática bastante comum entre mulheres heterossexuais, não ocorre na mesma proporcionalidade entre lésbicas e mulheres bissexuais, assim a negação do cuidado ao corpo é um fenômeno potencializador de vulnerabilidades.

A vivência da homossexualidade feminina potencializa diversas situações de violência institucional, sexual ou doméstica. A violência gerada pelo exercício da homossexualidade contribui para sofrimentos psíquicos importantes que associado a homofobia programática e familiar faz com que muitas não acreditem ser possível e cabível a vivência saudável da sua sexualidade e o exercício pleno de uma vida sadia.

As lésbicas e mulheres bissexuais normalmente estão à margem dos serviços de saúde. Em face desta realidade, é imperativo que os órgãos governamentais responsáveis pelas políticas de saúde levem em consideração as mudanças ocorridas ao longo dos anos no comportamento sexual da sociedade e desenvolvam processos de educação permanente com seus profissionais para acolherem adeqüadamente toda esta demanda.

Em relação, as lésbicas e mulheres bissexuais essas preocupações se ampliam, visto que os conhecimentos já adquiridos pelos profissionais de saúde não têm dado conta de atender a esta população.

Neste sentido, a preocupação mais que justa com a formação técnica se soma a preocupação com a humanização do atendimento, e isto, potencializam as nossas preocupações e necessidades urgentes de intervenção nos serviços de saúde sob a perspectiva de atendimento a saúde integral das lésbicas e mulheres bissexuais.

Com o atual entendimento da integralidade da atenção à saúde, faz-se necessário reconhecer a orientação sexual do indivíduo como parte integrante da complexidade do ser humano e como fatores de vulnerabilidade para a saúde, não apenas por incluírem práticas sexuais e sociais específicas, mas também e principalmente pela exposição aos agravos de saúde decorrentes da discriminação, do estigma e do preconceito.


Diante do contexto acima exposto:


Nós lésbicas e mulheres bissexuais reunidas no VIII Congresso Brasileiro de Prevenção das DST/Aids e no I Congresso Brasileiro de Hepatites Virais, fazemos as recomendações abaixo:


  • Em referência a Carta de Pernambuco construída no VI Fórum UNGAIS – AIDS Brasil: Ressaltamos a importância da representação de lésbicas e mulheres bissexuais nesse processo, para garantir que na implementação do Plano de Enfrentamento da Feminização da Epidemia de Aids e outras DST em estados e municípios, as ações previstas para Lésbicas, Mulheres Bissexuais e outras Mulheres que Fazem Sexo com Mulheres, sejam efetivadas;


  • Execução urgente da agenda afirmativa de lésbicas, mulheres bissexuais e outras mulheres que fazem sexo com mulheres;


  • Incluir o quesito orientação sexual nos sistemas de informação em vigilância para notificação do HIV, sífilis, hepatites virais e outras DST, com o objetivo de conhecer a situação epidemiológica da nossa população;


  • Produzir estudos de desenvolvimento de tecnologias para criação de insumos de prevenção das DST/Aids nas relações sexuais entre duas mulheres;


  • Incentivar pesquisas sobre a vivência lésbica e as relações com as DST/HIV/Aids e Hepatites Virais;

  • Incluir nas temáticas trabalhadas no SPE (Programa de Saúde e Prevenção nas Escolas) a abordagem sobre diversidade sexual, garantindo o recorte de lésbicas e mulheres bissexuais.


Por fim, a vivência da homossexualidade feminina nos mostra que nosso sistema de saúde invisibiliza as mulheres, pois o sistema patriarcal e heterossexista reforçam que a saúde da mulher está relacionada tão somente a reprodução e ao exercício da maternidade.

Com isso, nós lésbicas e mulheres bissexuais presentes nesses congressos, esperamos a urgente ação do Ministério da Saúde e da Secretaria de Políticas das Mulheres da Presidência da República para que nossas preocupações e recomendações sejam atendidas!

miércoles, 16 de junio de 2010

Feminismo


Resumo dos caps. 2 e 3, Feminismo para principiantes, Varela, Nuria.

Ediciones B, 2005, Barcelona, Espanha.

A autora propõe um resumo histórico do feminismo enquanto movimento social, vinculando cada momento aos fatos históricos em que foram gerados e/ou influenciados pela ação das mulheres organizadas. Nesse histórico, procura dar visibilidade às mulheres intelectuais, lutadoras e artistas que são deixadas de lado, ou cujo papel está subestimado, pela história contada pelos homens. Ela mostra quantas vezes as mulheres se organizaram e lutaram lado a lado, muitas vezes na vanguarda, com os homens; e nos momentos de comemorar os avanços são levadas de volta para os espaços domésticos, pelas leis e pela força. E isso tudo por quê?

“O feminismo questiona a ordem estabelecida. E a ordem estabelecida está muito bem estabelecida para aquelas pessoas que a estabeleceram, isto é, para quem se beneficia com ela.” (p.13)

“O feminismo foi muito impertinente quando nasceu. (...) Sec. XVIII revolucionários e iluministas franceses (e francesas) defendiam: liberdade, igualdade, fraternidade. (...) Porém, elas, as que defenderam que esses direitos incluíam a todos os seres humanos (e humanas) terminaram na guilhotina enquanto que eles seguiram pensando que a nova ordem significava que todas as liberdades incluíam apenas os homens.” (p. 14)

“O feminismo é um discurso político que se baseia na justiça. É uma teoria e prática política articulada por mulheres que, ao analisar a realidade em que vivem, tomam consciência das discriminações que sofrem pela única razão de ser mulheres e decidem organizar-se para acabar com isso, para mudar a sociedade. O feminismo se articula como filosofia política e, ao mesmo tempo, como movimento social”.

“O feminismo é como um motor que vai transformando as relações entre os homens e as mulheres e seu impacto se faz sentir em todas as áreas do conhecimento. O feminismo é capaz de perceber as “trampas” dos discursos que propositalmente confundem o masculino com o universal, como explica Mary Nash. Essa é a revolução feminista. Não é uma teoria a mais. O feminismo é uma consciência crítica que ressalta as tensões e contradições que encerram esses discursos.” (p. 20).

Cap. 2- I onda : começa a polêmica

A autora considera que o feminismo começou junto com o Iluminismo (sec. XVIII) que fundamentou a Revolução Francesa (1789). Antes das inúmeras ativistas e autoras invisibilizadas e reprimidas durante a Rev. Francesa, a principal precedente conhecido é o caso da escritora Christine de Pizan, que em 1405 escreve a Cidade das damas. Louise de Kéralio- resgata a obra da C. Pizan, atribuída a Bocaccio (1786).(p.24/25). Muitas outras autoras do sec. XVIII são citadas enfatizando o papel da educação como forma de combater a desigualdade sexual, entre outras.

Os Cadernos de Queixas

O Iluminismo começa como uma crítica ao absolutismo, sendo que em 1776, Thomas Jefferson, industrial estadunidense escreve a primeira formulação dos Direitos do Homem, contida na Declaração da Independência dos EUA. 28.08.1789- declaração dos Direitos do Homem (não é uso sexista da linguagem, refere-se exclusivamente ao homem, p. 28):

Contra opressão, igualdade jurídica e liberdade individual garantida.

Rousseau- um dos mais radicais dos revolucionários, defende a sujeição das mulheres. Nesse contexto: surgem Olympes de Gouges e Mary Wollstonecraft. Mulheres tem participação ativa nas discussões nos salões literários e políticos de Londres, Paris e Berlim e é criada a Confederação das Amigas da Verdade.

“As mulheres da Rev. Francesa observam com perplexidade como o novo Estado revolucionário não encontrava contradição alguma em apregoar aos quatro ventos a igualdade universal e deixar sem direitos civis e políticos a todas as mulheres” (COBO, Rosa)

O feminismo já nasceu sendo teoria e prática.

Mary Wollstonecraft, Vindicação dos direitos da mulher (1792), e Olympes de Gouges, Declaração dos direitos das mulher e da Cidadã”(1791), muitas outras mulheres fizeram esses questionamentos e criaram obras que falavam a partir do ponto de vista das mulheres.

p. 31. O que queriam as mulheres do sec. XVIII: fundamentalmente direito à educação e respeito aos filhos e direito ao voto. Também estava contido nos “Cadernos de Queixas e Reclamações”, da anônima Mme. B.B., do país de Caux, que foram redigidos durante a Rev. Francesa mas não são levados em conta pela Constituição Revolucionária: as mulheres desejavam que a prostituição fosse abolida assim como os maus-tratos e os abusos dentro do matrimônio. Tb formulavam a necessidade de uma maior proteção dos interesses pessoais e econômicos das mulheres no matrimônio e na família e faziam colocações políticas nítidas.

Olympes de Gouges: denunciava que a Revolução havia negado os direitos políticos às mulheres, os revolucionários não digeriam mulheres livres e iguais. Se referia ao matrimônio com a tumba do amor e da confiança. Defensora do divórcio e da união livre.

Marcha das mulheres em outubro de 1789- com uma caminhada até Versalhes com 6 mil parisienses e conseguiram a transferência do rei e da rainha para Paris (34).

Apesar dessa atuação a Constituição de 1791 afirmava a distinção entre duas categorias: ativos (homens, maiores de 25 anos, maiores e com propriedades); passivos (homens sem propriedades e todas as mulheres, sem exceção).

Única exceção: Condorcet, p. 34.

Sufragismo

Sojourner Truth- escrava liberada: discurso (p.57)

1869- La sujeción de La Mujer (J. Stuart Mill, companheiro de Elizabeth Cady Stanton, líder sufragista estadunidense).

1832- E. Cady Stanton junto com Stuart Mill,escreve Ensaios sobre matrimônio.

...............

Flora Tristan- repórter da miséria: transição do feminismo “iluminista” ao feminismo de classe. “A união operária” (1843)

Marx e Engels- o Manifesto-1873

Auguste Bebel- procura desenvolver teses marxistas sobre a questão da mulher.

Clara Zetkin (1845/1933)- revista “feminina”- Igualdade- e organizou uma Conferencia Internacional de Mulheres (1907). Se manteve com esse nome até 1978 quando assume o nome de Internacional Socialista. Debates com Lenin. Mas ela era economicista.

Alexandra Kolontai (p. 76), morreu em 1952

Emma Goldmann: mulheres livres (1878). Morreu em 1940. É uma das anarquistas mais brilhantes e fundamental nas obras de liberação das mulheres e sobre o amor livre

(episódios sobre ensinamentos de uso de anticoncepcionais, p. 80).

Lucretia Mott e Elizabeth C. Stanton:

1848- ano revolucionário- manifesto Declaração de Sentimentos ou Declaração de Seneca Falls (sufragismo)

p. 49- traição do movimento escravagista

Susan Anthony, 1868, Wyoming, declara direito ao voto (21 anos depois de Seneca Falls).

Lady Pankhurst- 1917 na Inglaterra, p. 54

Mary Wool e Isabel Burdiel

martes, 8 de junio de 2010

La Plusvalía emocional


Tomado de http://trastocado.blogspot.com/



El pacto interclasista que reproduce al capital: trabajo doméstico


Cría cuervos que te sacaran los ojos


La sociedad patriarcal enseña a las mujeres, a las de ayer y hoy, que su trabajo por obra de la naturaleza o mandinga está en el hogar. En ese espacio es donde reciben, atienden y sostienen a la fuerza de trabajo explotada (sus maridos), siendo ellas también parte indispensable de esa explotación. Los empleos por fuera del ámbito familiar han servido para que la mujer logre una tibia independencia, pero aún permanece cautiva de las ollas y el plumero.


“La división sexual del trabajo no sólo diferencia las tareas que hacen hombres o mujeres, además confiere o quita prestigio a esas tareas y también crea desigualdades en las recompensas económicas que se obtienen”. Estas palabras son las que utiliza Nuria Varela en el capítulo número ocho de
Feminismos para principiantes, con el fin de describir el lugar social de la mujer en la economía. Allí la autora reflexiona acerca de cuanto cuesta el bienestar de algunxs. Estxs algunxs es el sistema patriarcal en su conjunto.

¿Qué es lo que verdaderamente representa para el capitalismo el trabajo doméstico?
En primer término se debe diferenciar trabajo de fuerza de trabajo. La fuerza es la capacidad que tiene el ser humano para trabajar. La mercancía que ofrece a cambio de un salario. El trabajo es un concepto superador. Karl Marx (1818-1883) lo definía como el proceso de intercambio entre la sociedad y la naturaleza. La reducción del trabajo al empleo destaca el valor de cambio de las mercancías, de este concepto proviene la invisibilidad del trabajo doméstico. No hay paga, no es trabajo.


El valor de la fuerza de trabajo de unx trabajadorx se calcula como
tiempo de trabajo socialmente necesario para su reproducción y la de su familia. Es decir, la teoría del valor del marxismo destaca que xl empleadx recibe una paga para poder satisfacer sus necesidades y continuar vendiendo su capacidad de trabajo. Este fenómeno se conoce como plusvalía, el patrón se apropia del valor del trabajo realizado que contiene un producto y solo paga el valor de la fuerza de trabajo (tiempo de trabajo socialmente necesario).

El marido ejerce la plusvalía emocional con su esposa, se apropia de sus cuidados y de las tareas que ella desarrolla en el hogar.


La invisibilidad del trabajo doméstico no sólo se extiende al campo laboral o de la producción. También se revela en el mercado. El intercambio se produce entre oferentes y demandantes que llegaran a un acuerdo, luego de una decisión individual y razonada. Allí también se oculta el trabajo doméstico. Se entiende que su rol puede ser como demandante, entonces se analiza cuanto puede desear consumir. En el caso de ser oferente su labor siempre se mantiene detrás del trabajo de algún gran hombre.

La invisibilidad está acompañada de una construcción social acerca del hogar y sus connotaciones. El discurso del patriarcado envuelve al discurso de la casa con los velos del amor maternal, sincero y existente, para así naturalizar la explotación.
Se produce un doble juego. El capitalismo, desde un enfoque económico, desconoce la labor de las mujeres en el hogar. Pero,
las necesita porque garantiza que los hombres reciben las atenciones necesarias para continuar ofertando su mercancía. El patriarcado, desde un enfoque social/cultural, necesita de una señora en la casa. “Es como una alineación de nosotras mismas en aras del amor, y tanto éste como el poder dar vida son los dos bienes disponibles que el hombre utiliza de forma individual y colectiva para seguir dominando a las mujeres- afirman los autores de Hacia una Pedagogía de las experiencias de las mujeres-bienes que son totalmente insustituibles en el proceso productivo y por tanto determinantes en última instancia”.
El trabajo en la esfera doméstica es indispensable para el funcionamiento del patriarcado, ya sea en los casos que las mujeres realicen ellas mismas las tareas domésticas o contraten a otra persona (casi siempre mujer) para que las haga. La historia ha dado ejemplo de esto. En los inicios de la Revolución Industrial, explica Heidi Hartman, el pacto interclasista se selló con el salario familiar. Los patrones querían que las mujeres de los obreros fueran empleadas de las fábricas (que de hecho muchas lo hicieron), pero los obreros no quería que sus mujeres estuvieran fueran del hogar. El salario familiar, como parte del sueldo, representa el acuerdo acerca del lugar social que ocupan las mujeres.


El hogar encierra dos círculos: el económico y el afectivo. En su faceta más tradicional se lo vincula a la pareja y a los hijos por la presunción de heteronormatividad. Las familias, los roles, los hogares han mutado. En el siglo XXI son recurrentes las manifestaciones acerca de las amplias victorias femeninas en espacios laborales. Lo que se omite decir es que la explotación se desdobla: el trabajo fuera del hogar y dentro del hogar. “No basta con que las mujeres tengamos una independencia económica y profesional en el ámbito de lo público; no basta con que los hombres compartan el trabajo doméstico; es necesario que nosotras tengamos una independencia en el terreno de la privacidad individual en la que no ejerzamos de madres ni de esposas ni de amantes, sino de mujeres emocionalmente evolucionadas dedicadas también a nuestras necesidades, proyectos y deseos personales”, concluyen los autores de Hacia una pedagogía de las experiencias de las mujeres.

apostasia JÀ!!

http://apostasiacoletiva.wordpress.com/