viernes, 12 de febrero de 2010

L x Beto Preciado


Artículo de Beatriz Preciado para la publicación del colectivo LSD nº3 L.


Porque "hasta que todas las mujeres sean lesbianas, no habrá una verdadera revolución política".
Jill Johnston


¿Dónde habita L.?

L. ha crecido en la casa del padre. En la madre ha crecido. La casa es el lugar donde el padre ha instalado la industria de la simulación de los géneros. El sistema sexo-género es la tecnología que permite perpetuar la industria paterna, su nombre, su linaje. Sin saber cómo, la industria es más fuerte que ellos. Ellos son sólo maquinaria para sí mismos y como a la máquina les está prohibido conocer o desear más allá de la productividad con la que se repiten.

L. es el accidente de ese sistema, es la avería inverosímil de los géneros que pone en peligro el nombre del padre. Pero en toda tecnología, el accidente, aún inhabitual, es inevitable. Los accidentes del género certifican el género como tecnología. La matriz heterosexual es una tecnología límite que no puede funcionar sin provocar constantes accidentes. L. y su antidisciplina han crecido al amparo vigilante de la violencia del orden del padre. Tácticamente L. ha leído la ley de pólemos escrita en el reverso de la maquinaria romántica. Poco a poco ha afilado el cuchillo con el que el padre sacrifica al animal hasta formar un Labrys .

En la casa, la madre sabe como dividir los espacios: el parto, la regla, la boda... seguramente la muerte. El día y la noche, el sol y la luna. De eso es de lo que sabe Mamá, de la muerte pequeña y de la Muerte grande. Mamá sabe a muerte. Sabe como aliñar las catástrofes: conoce el descarrilamiento, el choque, el naufragio, la colisión, el cálculo fallido, el error, la avería, el fracaso, la depresión. La madre conoce la política de la muerte que la obliga a permanecer en casa: thanatopolítica. La pequeña L., hasta que descubre por error la falibilidad de los géneros, es también una función diferencial de un sistema que está tocado de muerte: el espacio heterosexual.

Monique Wittig fue la primera feminista que entrevió el eterno retorno de lo mismo, la compulsión a la repetición, la dificultad de hablar de L. sin destruir su sentido y su fenómeno en cada palabra. La heterosexualidad de mamá, es un régimen político, un sistema de dominación que legitima la opresión de la mujer bajo el dominio del hombre. Naturaleza es heterosexualidad. Es el destino natural de la mujer producir y reproducir sin descanso, ser objeto de vejación, de mutilación, de abuso físico y psíquico. La sumisión, el matrimonio y el servicio público y doméstico son el destino escrito en su cuerpo: sus genes, sus hormonas, su útero vacío y lleno son la gramática en el que este lenguaje de dominación ha sido cifrado. El ideal del amor romántico es el orden en el que ese destino se estructura como deseo. Entender la negativa a reproducir la normalidad de ese deseo como perversión es practicar el disimulo, es, de otro modo, trabajar en la empresa de los géneros. Pero L. sale de la caverna mediática donde su madre ha hecho el hogar: cruza a sala de espera de los embarazos, el salón de los partos, la cocina de la crianza, baja hasta el final de la escalera de caracol de las menstruaciones y las pérdidas. L. no frena el movimiento que la saca del sentido común, porque intuye que sólo así puede evitar el "asesinato arcaico de la madre". Quiere devolver a su madre a la vida. Desea a su madre viva.


L. siente miedo al dejar el hogar, teme perder lo íntimo. Porque en el interior se guarda lo íntimo. Pero, ¿qué puede ser lo íntimo cuando lo interior es sólo un efecto de separación creado por el orden patriarcal?: la casa cerrada, privada, limitada, constreñida. "La mujer es la casa y con la pata quebrada". De eso es de lo que sabe Mamá, de la muerte pequeña y de la Muerte grande. L. busca en el archivo de su ciudad la historia de su clan. El archivo guarda silencio. Cuando habla dice: sifilítica, alquimista, blasfema, demente. ¿Qué ha pasado con las huellas de las que fueron como L.?. Debe haber detrás del silencio de la historia la complicidad de las madres en el asesinato de las que fueron como L..

L. siente que no es de la ciudad, que no pertenece, como Antígona, a la ley de la ciudad que ha silenciado sus nombres. L. no pertenece. Porque está fuera del intercambio de la oikonomia, el intercambio de la casa, ni pertenece a nadie ni nadie le pertenece. Siente que no es ser-humano.

L. no tiene lugar. Es de afuera. Afuera está lo primitivo. Lo salvaje. Aquello que no ha sido aún domesticado. Lo crudo antes de abandonar la vida. L. está afuera. Ha sido expulsada del paraíso heterosexual más allá del cual no hay memoria. Afuera no hay nada. No hay cosas. Ni sujeto ni objeto. No hay technê, no ha episteme que enseñe la vuelta al paraíso. Sólo acontecimientos. L. ha heredado una pérdida. Una tradición perdida. Es preciso recordar inventando, hacer memoria imaginando, desenterrar los nombres de las que fueron como L. en cada nueva palabra. Es entonces cuando aprende a leer en el lenguaje de la ciudad los signos cifrados de una tradición oculta: Archibollo.
L. acepta la imposibilidad que le da lugar. L. busca un lugar donde poder definirse. O mejor, un lugar donde al tener poder no necesita ya definirse. Un lugar anterior y posterior a la definición. L., la no poseída, la desposeída, habita sin tener espacio. No posee una casa. Porque poseer no es su esencia. Porque poseer en el intercambio oikonomico, es tener un pene, tener un hijo, eso dice Freud que definió con precisión los términos de este consumo sexual. L. abandona el espacio donde el hombre posee y la madre es casa poseída. No tiene cuerpo ni hace sexo. L. no tiene vagina. No es un estuche. No es una vaina, ni una cáscara. No tiene casa ni posesión. Ni identidad ni diferencia. Y así construye con las que son como L. una heterotopía que no hace sexo. Que no naturaliza la opresión. Espacio que invierte. Espacio invertido. Inversión en la pérdida.Mira atentamente: detrás de cada espacio hay un afuera donde camina L..
Escucha atentamente: detrás de cada texto hay una línea borrada que habla de L.. Rastrea atentamente: detrás de cada espacio dominado por la red de disciplinas hay un punto de fuga por donde empieza el afuera, un paisaje de acontecimientos.


Beatriz Preciado. New York, 1998.

jueves, 11 de febrero de 2010

VIII Encuentro Lésbico Feminista



Rumbo a Guatemala
A pocos meses para el VIII Encuentro Lésbico Feminista
de Latinoamérica y El Caribe…

Hilando Rebeldías Lésbicas Feministas desde la Raíz
a realizarse del 9 al 13 de octubre


Queridas Lesbianas Feministas!! !

“quien dijo que todo está perdido… yo vengo a ofrecer mi corazón, tanta sangre que se llevó el río, yo vengo a ofrecer mi corazón…”


Ya estamos sobre ruedas!!!... nosotras... queremos ofrecer nuestros corazones, nuestras propuestas, nuestras luchas y nuestras ganas para que juntas, creemos condiciones que nos permitan escuchar, compartir reflexiones, experiencias y propuestas, analizarlas y discutirlas, y construir el próximo encuentro lésbico feminista.

Conformar la Ekipa Guate es un desafío permanente que nos ha convocado a construir, en Guatemala, un espacio articulado entre lesbianas feministas autónomas, organizadas en colectivas y otras tantas individuales y sueltas. Es un desafío también, porque nos llama a reconocernos y reconocer los diferentes saberes, experiencias, y propuestas políticas que nos contienen, encontrándonos en este proceso de concretar la puesta en marcha del próximo encuentro lésbico feminista.

Empezar a organizar este encuentro ha significado reconocer, rescatar e inscribirnos en la historia de generaciones de lesbianas feministas que se expresaron desde la autonomía, la radicalidad y la libertad. Lugar desde donde han impactado nuestras conciencias y desde donde han convocado a otras, para crear otras formas de pensar, actuar, amar y vivir desde nuestra autonomía, libertad y el tremendo goce que sentimos al reapropiarnos de nuestro cuerpo y de nuestra sexualidad.

En esta historia reconocemos también los espacios de encuentro entre lesbianas feministas, espacios en los que desobedecemos al orden establecido, irrumpiendo en la cotidianidad neocolonizada, basada en la heterosexualidad obligatoria, la privación de la libertad sexual y política, el racismo, la xenofobia, la injusticia económica, la discriminació n y la violencia sexual sistemática, que nos asfixia y nos consume.

De esta cuenta, nos alimentamos del VII Encuentro Lésbico Feminista en Chile, porque representó un hito en esta historia, que permitió retomar e hilar nuestros deseos más profundos de rebeldía, radicalidad y autonomía en nuestro movimiento.

De esta autonomía, recuperamos la necesidad de tener un “cuarto propio” como lesbianas feministas, para pensarnos, sentirnos, expresarnos, recuperar la memoria de nuestras luchas, recuperar la palabra propia, el horizonte propio, el vínculo entre nosotras, la noción de nuestros cuerpos y del deseo lésbico como constituyente de un desacato al patriarcado. Desde ya explicitamos que la propuesta de este encuentro surge de la radicalidad. Nos inspiramos para desobedecer cualquier mandato y nos atrevemos a poner en el centro del debate nuestro cuerpo, nuestra sexualidad, y construir una propuesta política y de vida dirigida a erradicar los poderes que se ejercen sobre ellos. Esta necesidad y voluntad de existencia nos llevan a explicitar que nuestro esfuerzo no se articulará alrededor de la noción ambigua de la diversidad sexual, que entre otras cosas, invisibiliza nuestro accionar como lesbianas feministas. Por lo tanto, no debatiremos en torno a la participación de trans en el mismo.

Lo que nos aglutina en el proceso de organización del VIII Encuentro, “no es una identidad, sino un cuerpo político”. Recuperando el planteamiento del feminismo autónomo, “partimos de nuestros cuerpos que son nuestros territorios políticos para implicarnos en procesos de descolonizació n y advertimos que la colonización no sólo tiene que ver con la presencia del invasor en las tierras del Abya Yala, sino con la internalizació n del amo y sus lógicas de comprensión del mundo.” (Una declaración feminista autónoma, Encuentro México, 2009)

América Latina y el Caribe se enfrentan a un contexto agudo. Haití y Honduras han sido un ejemplo dramático de esto. Se traduce cada vez más en una depredación económica, sexual, social y cultural, impulsada desde las grandes transnacionales vinculadas a los poderes locales, y exacerbada por los pactos patriarcales a través del militarismo, la violencia, el racismo y la explotación despiadada del cuerpo de las mujeres. Se limita la posibilidad de vivir en armonía, se agotan rápidamente los recursos que hacen posible la vida, lo cual hace que los desastres naturales dejen de ser naturales y se agraven por la mano del “hombre”. Y todo ello acompañado ideológicamente de un conservadurismo, y moralismo religioso que fomenta la saña contra el cuerpo de las mujeres, su destrucción que lleva al asesinato y la impunidad feminicida.

Por todo lo anterior, este encuentro es una nueva oportunidad para reflexionar sobre este sistema-mundo y su impacto en nosotras lesbianas feministas, y para definir nuestras propias apuestas sobre el mundo que deseamos.

Por los efectos que tiene este sistema-mundo sobre la cooptación, institucionalizació n, despolitizació n y fraccionamiento de los movimientos sociales, incluyendo el movimiento lésbico feminista, aspiramos que este encuentro sea lo más autogestivo posible. Entendemos lo anterior como un encuentro que parte de los recursos y capacidades que cada una puede aportar al mismo, que no despilfarra los recursos, que no contribuye a la acumulación de capital, cuya gestión se hace en función de lo estrictamente necesario, y cuyo uso de fondos es transparente y responsable. Los criterios para becas responderán a estos principios también.

En este sentido, las convocamos a empezar a buscar sus propios recursos, y a generar procesos locales que contribuyan a la construcción de un pensamiento político y de un accionar que nos facilite encontrarnos políticamente.

Finalmente, para transformar este mundo en un mundo verdaderamente diferente para nosotras, esperamos que este encuentro así como toda su preparación, pueda ser un proceso de construcción de pactos políticos, desde la ética, respeto y reconocimiento entre nosotras.

Desde allí, retomamos la propuesta de Audre Lorde sobre el poder de lo erótico capaz de articular, desde el goce, sea físico, emocional, espiritual, o intelectual, todos los momentos de vida, de debate, de discusión, de reflexión política, y de expresión artística en este encuentro; pues, “nos puede dar la energía para procurar obtener cambios genuinos en nuestro mundo. Nos compromete a no establecernos en lo conveniente, en lo falso, lo esperado convencionalmente.”


Sean bienvenidas lesbianas feministas!! !... este encuentro es para todas!!!...
Ekipa Guate
VIII Encuentro Lésbico Feminista

Muy pronto, en nuestra próxima comunicación, les enviaremos la dirección de la página oficial del encuentro, con todos los datos para que se inscriban!.. .

sábado, 6 de febrero de 2010

asesinato de una compañera en Honduras

Copio aqui este mail que nos manda la Jessi desde Tegus

Ayer (jueves 4 de febrero) asesinaron a Vanessa Zepeda de 29 años.

Su cadáver apareció tirado en la colonia Loarque, acá en Tegucigalpa. Era miembra de la resistencia y del Sindicato de Trabajadores del Instituto Hondureño de Seguridad Social.
Es un aviso para nosotras. Lo circulo, porque a pesar de saber que tenemos que cuidarnos, no puedo con la indignación y la rabia. Esto tiene que saberse, aunque no sé bien para qué, porque a estos cabrones les importa un carajo la presión internacional.
Abrazo
Jéssica

nosostras seguimos gritando:
ni golpe de estado, no golpe a las mujeres, cabrones!!!

jueves, 4 de febrero de 2010

entrevista a Jules Falquet


Si hay proyectos comunes, las nacionalidades no dividen a las feministas, dice la académica
Hay que desenmascarar la violencia contra las mujeres para combatirla: Jules Falquet

JORGE GÓMEZ NAREDO
http://www.lajornadajalisco.com.mx/2010/02/01/index.php?section=cultura&article=012n1cul


En opinión de Jules Falquet, para que una mujer pueda resistir a la violencia, es necesario hablar de ella, desenmascararla en toda su profundidad y sus múltiples dimensiones, no ocultarla, no hacerla invisible. Lo mejor sería combatir la violencia directamente, e_SDLqno esperar que el policía nos venga a defender, porque muchas veces en lugar de defendernos nos agrede, más si somos indígenas o pobre.

Jules Falquet es estudiosa de los movimientos sociales y de las mujeres. Y es también feminista. Se dedica a la academia (en la Universidad de París) al igual que a la lucha y al activismo, y de vez en cuando, a la literatura (publicó en francés y español una novela titulada Izta, el cruce de los caminos). Pugna por la erradicación de las desigualdades sociales que abundan por todo el planeta. Ha andado por Centroamérica y por otras partes del mundo: siempre mirando la situación de las mujeres. Sus estudios y reflexiones unen varios temas: la violencia contra las mujeres, la tortura y la represión, las clases sociales, el estado, la economía, etcétera. Está de visita en Guadalajara para dar una cátedra en el Paraninfo de la Universidad de Guadalajara, invitada por el Centro de Estudios de Género de dicha institución.
En épocas donde gobiernos de distintos signos ideológicos hablan de equidad de género, prometen políticas públicas a favor de las mujeres y utilizan discursos de “igualdad de género” para obtener votos y puestos de representación popular, vale la pena pensar la situación real de las mujeres en México y en América Latina. Jules Falquet, sin duda, es una voz que conoce de cerca esta situación y la ha estudiado. En entrevista con La Jornada Jalisco, aborda varios temas, entre ellos el feminismo y los distintos tipos de violencia.

–¿Cómo observa la situación de las mujeres en América Latina?
–Hay una diversidad tanto de país a país como de mujeres a mujeres dentro de los mismos países. No es igual si se es indígena y pobre, a si se es mestiza o blanca y menos pobre, si se es afro, joven, vieja, lesbiana, heterosexual, bisexual, etcétera. Hay mucha diversidad. Yo pienso que en algunos aspectos hay demasiada opresión y explotación: por ejemplo, esto es cierto si hablamos de las mujeres campesinas o de las mujeres en la maquila. Pero también veo que hay mucha organización, mucho movimiento. Hay acciones concretas de resistencia. Así pues, yo diría que, aunque haya mucha opresión y explotación, también hay mucha lucha. El balance global lo observo bastante positivo. Incluso se puede decir que es más positivo que en Europa. América Latina me ha inspirado, y ello gracias a los análisis y a las luchas de las mujeres de aquí.

–El que mujeres gobiernen países como Argentina (Cristina Fernández) o Chile (Michelle Bachelet), ¿indica una mayor equidad de género en América Latina o son casos aislados?
–Pienso que son casos aislados. A mí no me importa que sea un hombre o una mujer la que gobierne, lo que me importan son sus ideas y cómo las aplica. Una mujer como Margaret Tatcher no me sirve. Me sirve una mujer que sí aplique cosas a favor de las mujeres y que no practique políticas racistas. Por ejemplo, Bachelet tuvo políticas en contra de la gente mapuche. Es mujer, pero hasta ahí: no más. Es lo mismo para aspectos de raza o clase: Benito Juárez era indígena ¿y que fuera presidente mejoró la situación de la gente indígena en México? No es tanto el sexo, la raza o la clase, sino la perspectiva política que posee la persona en el poder.

–¿Cómo puede mejorar la situación de las mujeres?, ¿a partir de su organización y movilización?, ¿o a través de influir en las políticas públicas que pretenden la equidad de género?
–Yo pienso que hay muchos caminos para las luchas. Y que siempre hay que luchar en varios ámbitos a la vez. Ahora bien, yo no quiero equidad de género, más bien pretendo que desaparezca el patriarcado. Y eso quiere decir que desaparezca la división sexual del trabajo, y que desaparezcan hasta las categorías de hombre y mujer. Yo estoy buscando algo mucho más profundo que la equidad de género (que ni entiendo qué quieren decir con eso). Y también algo fundamental para las mujeres: que se dé el acceso a los recursos, a un trabajo digno, a la igualdad salarial, a la tierra, al agua, ¡a todos los recursos! Que no sigamos dependiendo de los hombres para poder comer y pagar la renta todos los días.

¿Y cómo se pueden cambiar las cosas? En la conciencia de cada mujer y cada hombre: que abramos los ojos, que recuperemos como mujeres la autoestima individual y colectiva, y los hombres se cuestionen sobre su papel, que tampoco es necesariamente cómodo, aunque tengan muchos privilegios. Yo creo que el cambio se tiene que dar en ese nivel, no individual, pero sí personal y desde adentro, para que también se pueda dar en otros planos más colectivos.

–El movimiento feminista, ¿ha perdido elementos revolucionarios? ¿Se ha domesticado?
–Pienso que sí se ha domesticado, y no es al único movimiento al que le ha pasado eso. Las instituciones internacionales tienen un montón de estrategias para domesticar a los diferentes movimientos sociales. Una de esas estrategias, por ejemplo, nos va metiendo a luchas por “los derechos”, que por un lado son indispensables, pero por otro lado nos entretienen y nos obligan a una profesionalización, cuando en realidad lo que necesitamos es poder luchar sin ser grandes especialistas. Somos especialistas de nuestras vidas, y de las vidas de quienes conocemos y nos rodean. Así pues, estas instituciones van encauzando los movimientos sociales hacia luchas que sí pueden manejar y que quedan dentro del sistema político tal como está establecido. Yo creo que si queremos cambios verdaderos, hay que ver cómo salimos de esas lógicas políticas ya establecidas: para llevar la política a otros ámbitos.

–¿Se puede hablar de un movimiento feminista mundial o de muchos movimientos feminismos nacionales?
–Las nacionalidades no dividen a las feministas. No estamos partiendo de identidades, no importa tanto si una es de Ghana, otra de Francia y otra de México. Lo importante son los proyectos de lucha. Yo puedo estar muy de acuerdo con una mujer de Ghana, si las dos estamos luchando en contra, por ejemplo, de la ocupación militar con una perspectiva feminista, o en contra de la violencia contra las mujeres: voy a estar más de acuerdo que con esa mujer de Ghana que con una del gobierno de Sarkozy.
Nos conviene a las feministas, como a los demás movimientos sociales, hacer alianzas internacionales o trasnacionales, porque lo que viene en contra nuestra también es internacional o trasnacional. No sólo podemos sino que debemos ver cómo vamos convergiendo y definiendo problemas comunes. Esas alianzas necesitan ser alianzas equitativas, no que yo diga y todas las demás me obedezcan. Eso pasa muchas veces, y hay que erradicarlo. Las alianzas no deben significar que alguien mande y alguien obedezca.

–¿Cómo defines a la violencia contra las mujeres?
–Es violencia física, sexual y psicológica. Ésa violencia ya abarcan bastante. Después viene la violencia económica. Ésta impide a las mujeres tener acceso a ciertos recursos económicos. Todo está muy bien entramado, muy bien armado. Un ejemplo ilustrará esto: El Salvador es un país pequeño, donde se luchó por la reforma agraria, en realidad todo el proceso revolucionario era para lograr acceso a la tierra. Terminó la guerra, hubo desmovilización y acuerdos de paz. Y en éstos se previó la entrega de tierra a los revolucionarios, un tercio de los cuales eran mujeres. A los ex revolucionarios se les olvidó decirles a las mujeres ex combatientes que podían ponerse en las listas para la entrega de tierra. Quisieron justificar esto diciendo que no lo hicieron “porque las mujeres que quieren cultivar la tierra son lesbianas”. Una mentira, pues las mujeres que querían tierras eran campesinas. Así pues, usaron el espantapájaros de que son lesbianas para quitarles el acceso a la tierra. Ahí se ve cómo la violencia económica y la violencia contra las mujeres están íntimamente vinculadas.

–¿Cómo las mujeres pueden resistir a la violencia?
–Un elemento es hablarla: hablar plenamente de la violencia. Y desenmascararla en toda su profundidad y sus múltiples dimensiones. No ocultarla. No hacerla invisible. Un ejemplo: en Francia la ley define a la violación de manera bastante extensa. Cuando le preguntas a una mujer que ha sufrido una agresión sexual si lo considera violación, ella te describe todo y te dice: “pero realmente no fue violación”. Y por ley, eso sufrido, sí es violación, pero ella misma lo minimiza. Por eso se necesita hacer un esfuerzo por no minimizar esa violencia y sí reconocerla en su magnitud.
También se resiste a la violencia con la discusión colectiva y la organización. Yo pienso que lo mejor es combatir la violencia directamente. No esperar que el policía nos venga a defender, porque muchas veces en lugar de defendernos nos agrede, más si somos indígenas o pobres. Tomar medidas concretas, colectivas, para defenderse de la violencia. Así pues, parte de esa defensa es tomar consciencia de que no hay derecho a la violencia, que esa violencia no es natural y que tenemos derecho a resistirla. Sencillamente, que no deben agredirnos.

–En México, Felipe Calderón declaró una “guerra contra el narcotráfico”. Ésta, desde que se inició, ha hecho cotidiana la violencia. ¿Qué opina de esta violencia (ejercida por el narcotráfico y por el Ejército) y de su relación o influencia en la violencia contra las mujeres?
–Con esta violencia que ahora se da en México tal vez los hombres pueden sentir lo que sienten las mujeres, no del todo pero sí en el sentido de estar expuestos todo el tiempo a la violencia. Esta militarización coloca a todos los hombres de la población civil, los que no andan armados, en una posición parecida, no igual pero sí parecida, a la posición en que las mujeres están toda la vida desde que se pueden acordar.
El contexto violento posibilita más actos de violencia. La falta de sensibilidad ante la violencia (las muertes que todos los días anuncian los medios de comunicación) desensibiliza y agravan otras formas de violencia. Y ni se diga la circulación de armas: entre más armas existan (casi siempre en manos de hombres), más amenaza podemos sentir. Por ejemplo, en la calle me dicen “eh, bonita”, pues yo me volteo y grito. Pero si la persona anda armada, pues ya no es tan chévere ¿no? Todos esos elementos influyen y de una u otra manera aumentan la violencia en contra de las mujeres. Yo estoy espantada con la violencia que se da en México.

miércoles, 3 de febrero de 2010

SEMINARIO DE INVESTIGACIÓN TEORIA LESBICA LATINOAMERICANA

Convocatoria
El curso empieza el 26 de febrero

El programa Univeristario de estudios de género (PUEG) convoca al seminario INVESTIGACIÓN TEORIA LESBICA LATINOAMERICANA

Imparte: Dra. Norma Mogrovejo

A más de veinte años de haberse incorporado los estudios de la mujer y de género en los ámbitos académicos, el análisis sobre la situación de las lesbianas, su praxis como sujeto disidente a un sistema heteronormativo, y su producción teórica producto de la reflexión lesbofeminista, es aún una deuda que lejos de redimir, debe incorporarse para enriquecer el estado del arte de la discusión feminista.

Objetivos: En este seminario se reflexionará en torno al sujeto lesbiana a través de la historia y las diversas perspectivas que la ciencia elaboró sobre ellas, así como las discusiones generadas por las diferentes corrientes teóricas del feminismo en torno al lesbianismo, con un énfasis en las producciones teóricas latinoamericanas.
Analizar, debatir y proponer acciones de intervención que ayudan a entender la heterosexualidad como régimen político y la articulación entre sexualidad, sexo/género, raza y clase.
Revisar y reflexionar sobre las perspectivas teóricas y políticas de las lesbianas para entender sus experiencias personales y organizativas.

Metodología:
La asignatura se desarrollará como seminario taller académico, bajo la conducción de la docente responsable y con conferencistas invitadas. Las y los estudiantes escogerán una sesión para presentar las lecturas asignadas y proponer preguntas para el debate. Se proyectarán o recomendarán algunas películas a fin de matizar y enriquecer la discusión.

Para poder formar parte de este seminario de investigación y debate se requiere:
1) ser estudiante de posgrado, docente o investigador/a de la UNAM. Excepcionalmente podrían considerarse las postulaciones de personas con licenciatura (terminada) y se dará prioridad a las personas que ya hayan tomado seminarios de posgrado en el PUEG.
2) enviar una carta de motivos y un cv reciente.

Plazos:
Las solicitudes deberán enviarse por correo electrónico a Claudia de Anda, a la cuenta:
pueg_investigacion@yahoo.com con fecha límite el 5 de febrero de 2010.

Las/os inter esadas/os deberán presentarse a la primera sesión, el 23 de febrero de 2010, con sus documentos impresos.
Formato:
El seminario se reunirá quincenalmente, los días martes, de febrero a junio de 2010, de 16:00 a 19:00 en el PUEG (Torre II de Humanidades, piso 7).
Las personas aceptadas deberán comprometerse a participar activamente en el seminario.

Requisitos:
Asistencia y participación en el seminario con un mínimo de 80%
Llevar a cabo las lecturas indicadas en el programa
Participar en las actividades colectivas que se determinen
Presentar un trabajo escrito cuyas características se definirán en el transcurso del año.

Para mayores informes:Claudia de Anda
pueg_investigacion@yahoo.com

Seminarios de posgrado Diplomados II Diplomado Relaciones
de género

Construyendo la equidad entre mujeres y hombres

Del 3 de marzo de
2009 al 27 de abril de 2010
V Diplomado Diversidad sexual
Construyendo
la equidad entre mujeres y hombres

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